Este rincón de la Patagonia chilena, marcado por las historias de familias como los Puratic Slavic y los Bahamondez Domic, es un testimonio de la tenacidad, la cultura y el legado croata. Aquí, donde el viento narra historias de antaño, exploramos la vida y contribuciones de aquellos que, con esfuerzo y pasión, han dado forma a una comunidad única en el extremo sur del mundo.
Si estás interesado en aprender sobre la historia de los inmigrantes croatas en Punta Arenas, estás en el lugar indicado. En esta guía, te mostraremos los museos en Punta Arenas donde podrás descubrir y explorar la fascinante historia de esta comunidad inmigrante.
Dónde encontrar documentos históricos sobre los inmigrantes croatas en Punta Arenas
Una buena opción para empezar tu búsqueda es visitar el Archivo Histórico Municipal de Punta Arenas. Este archivo cuenta con una amplia colección de documentos que abarcan diferentes aspectos de la historia local, incluyendo la llegada y establecimiento de los inmigrantes croatas.
Aquí podrás encontrar registros de pasajeros de barcos que trajeron consigo a estos primeros colonos, así como documentos legales y fotografías de la época. Sin duda, este archivo es una fuente invaluable para investigadores y entusiastas de la historia.
Museos que exhiben la historia de los inmigrantes croatas
A través de los museos de la ciudad, podemos sumergirnos en el legado de la comunidad croata en magallanes y comprender su impacto en la sociedad patagónica.
Museo Salesiano Maggiorino Borgatello
Museo Sara Braun
Las Familias que Tejieron Historia del barrio Croata
Punta Arenas, una ciudad donde los vientos de la historia y la cultura se entrelazan, alberga en sus calles el resonar de una comunidad que ha impreso su legado a través de generaciones: el Barrio Croata. Aquí, cada esquina narra una historia, y cada familia tiene un relato que es un hilo en el tejido social de esta región. En esta primera sección, nos adentramos en las vidas y contribuciones de dos familias emblemáticas: los Puratic Slavic y los Bahamondez Domic.
Las Raíces de la Familia Puratic Slavic
Nélida Julia Slavic Bezmalinovic, descendiente directa de Kúzma Slavic Kinkela y María Josefina Bezmalinovic Martinovic, vio la primera luz del día en Rio Seco un 30 de diciembre de 1928. Su llegada al mundo tuvo un matiz deportivo: su padre, absorto en la pasión de un partido de fútbol, no logró llevar a su madre al hospital a tiempo. Nélida, conocida cariñosamente como Nelly, es la mediana de tres hermanos, un trío completado por María Esther y Raúl.
En 1958, Nelly se trasladó al Barrio Croata junto a su esposo, Emilio Puratic Karelovic, y sus tres hijas: Martha, Sylvia y Alicia. Juntos edificaron un hogar que hoy, tras décadas, sigue siendo su residencia. La inesperada partida de Emilio en 1960 marcó el comienzo de una lucha para Nelly, quien, viuda y con una cuarta hija en camino, encaró el futuro con valentía. Con la ayuda de su padre y su inquebrantable espíritu, Nelly desempeñó múltiples oficios - desde enseñar piano hasta confeccionar álbumes de visita - y se convirtió en una figura conocida en el barrio por su labor como cobradora. Hoy, rodeada de sus hijas, nietos y bisnietos, mantiene vivas las raíces croatas en su querido barrio.
La Travesía de la Familia Bahamondez Domic
La historia de la familia Bahamondez Domic comienza con Jorge Domic Jurasin, quien emigró desde Loziscé (Brac) a Buenos Aires, y finalmente, a Punta Arenas. Tras asentarse, hizo venir a su esposa Margarita Peric Trcic y a su hijo Jakov, iniciando así una nueva vida en el año 1911. La familia creció con la llegada de Anastasia Domic Peric en 1912.
Los Domic se involucraron en el tejido comunitario de Punta Arenas; Jorge contribuyó al empedrado de las calles y Margarita se ocupó del hogar y la huerta familiar. Jakov, tras adquirir una propiedad en el corazón del Barrio Croata, sentó las bases del que sería el emblema del barrio: el "Almacén Bahamóndez", fundado por Eulogio Bahamóndez Sepúlveda y Anastasia en 1939. Este almacén no solo proveía de víveres a la comunidad, sino que se convirtió en un punto de encuentro cultural, vendiendo desde alimentos hasta lanas y juguetes.
Con el paso del tiempo, y a pesar de la competencia de los supermercados, el almacén mantuvo su esencia hasta que finalmente cerró sus puertas en 2005. Hoy, las historias y los recuerdos de la familia Bahamóndez Domic perduran, al igual que los lazos que unieron a la comunidad croata en el Barrio Croata, un crisol de historias de esfuerzo, comunidad y herencia cultural.
Definiendo el Corazón del Barrio Croata: Geografía, Oficios y Vida Comunitaria
El Barrio Croata de Punta Arenas es un mosaico cultural que se extiende desde el río de las Minas hacia el norte, abarcando un territorio que, aunque sujeto a interpretaciones variadas, se define oficialmente por las calles Colón, Magallanes, Julio Garay Guerra y Carrera. Esta área, enriquecida por la cercanía con Playa Norte y el histórico Barrio Ecuatoriano, forma un escenario vibrante de intercambio cultural y tradición.
La Economía Local: Un Retrato de Diversidad y Tradición
El tejido económico del Barrio Croata es tan diverso como su historia. Desde los primeros astilleros impulsados por la carpintería de ribera hasta las panaderías que horneaban la "galleta marinera", cada local y oficio ha contribuido a la identidad única del barrio. La construcción, influenciada por las habilidades traídas desde la isla de Brac, floreció con proyectos como la fábrica de ladrillos de Francisco Tomsic y la herrería de Natalio Foretic, fundamentales para el desarrollo urbano de Magallanes.
Los almacenes de menestras, esenciales en la vida cotidiana, narran historias de comunidad y confianza, mientras que el emblemático Almacén Bahamóndez, abierto en 1939, se erige como un símbolo de la riqueza mercantil y social del barrio. Carnicerías, zapaterías y metalurgias complementan este panorama, ofreciendo un vistazo a la vida diaria enriquecida por el esfuerzo y la tradición croata.
Un Legado de Piedra y Espíritu
La influencia croata en la construcción y el paisaje urbano de Punta Arenas es indeleble. Los empedrados, las iglesias principales y las estructuras metálicas son testimonios de una herencia que ha moldeado la estética y la funcionalidad de la ciudad. Este legado, transmitido de generación en generación, destaca la importancia de la albañilería y la picapedrería en la comunidad, vinculando a Punta Arenas con la lejana Croacia a través de la habilidad y la belleza de sus construcciones.
El Barrio Croata no solo es un espacio físico; es un testimonio viviente de la historia, la cultura y la resiliencia de una comunidad que ha sabido adaptarse y prosperar. Desde los astilleros hasta las panaderías, cada oficio y local ha tejido una parte de la narrativa de este barrio, ofreciendo a Punta Arenas un pedazo de Europa en el sur del mundo. Este barrio, con su rica historia de oficios y vida comunitaria, permanece como un emblema de la diversidad y el patrimonio cultural en el corazón de la Patagonia chilena.
Otros barrios emblemáticos de la ciudad:
Más allá de los lugares más conocidos, la ciudad ofrece una rica variedad de barrios con historias únicas, vibrantes comunidades y una atmósfera especial.
Explora estos barrios emblemáticos para descubrir la esencia de la ciudad y sumergirte en la cultura local.
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